Increíble a los límites que hemos llegado respecto a la desesperada y alarmante caída del Bolívar, ante la alarma el pueblo se desespera e intenta deshacerse de la moneda nacional creando más demanda del Dólar que se dispara, y se dispara, y se dispara.
No hay comunicados oficiales, no hay compromiso, no hay voluntades, sólo vemos un mandatario nacional que se limita a bailar salsa en vivo mientras la economía se resquebraja, se parte en pedazos diminutos y es el pueblo quien paga las consecuencias.
No se crean medidas para frenar la inminente caída que sufre la moneda, no se ven esperanzas, ni mucho menos se ven voluntades para beneficiar a un pueblo que sufre, que llora, que lamenta haber puesto a quien hoy por hoy rie y baila sobre la desgracia que el mismo ha creado.
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