Ir al contenido principal

Acordáte del 57; por Andrés Miquilena.




Creo no merecer ésta tortura, empiezo a verte por todos lados, en todos los lugares que frecuento te me aparecés, me falta un aire a la altura de tus brazos, me faltan tus labios platicando, tu voz mientras me leías los poemas de Buesa, que tanto te atacaban, y por ende te gustaban...

Daría mucho para que volvás a acompañarme hasta la bodega de la esquina, con tu manera particular de quejarte por mi lentitud, o porque ya no hablo tanto, te molestaba mi silencio, pero era la manera de quererte que tenía, porque mis palabras te herían, callarme significaba gritarte un te quiero, un te amo, en mi lenguaje, en mi idioma, aunque nunca en el tuyo.

Me has dejado sin la historia que representabas en mi nombre, me dejaste sin carisma, sin empatía, aún espero el momento en que pasás, para convencerte a toda costa de que hoy sí valgo la pena, que he cambiado, ya no te volveré a dejar, he aprendido la lección, ya podés volver, ven, que te extraño, que ésta plaza aunque esté repleta de gente sin vos la siento vacía, vos le dabas el sentido a tanta gente, me basta tu compañía, me bastás vos, señora.

Que podría decirte, no sé como convencerte de que pases por acá, no sé hacer nada con papel más que escribirte, no sé hacer globos para tu fiesta, ya no puedo inflarlos además, he perdido la creatividad, si es que la tuve alguna vez, pero, prometo que te haré feliz, no como antes, creo saber como hacer para que tu felicidad sea mi presencia, te voy a amar hasta que te duela respirar un aire que no compartás conmigo, te voy a enseñar como amar a la distancia, pero, procura venir, pronto, ven, estoy esperándote... Hoy no he llorado por vos, no es que me esté acostumbrando a no verte, es que he estado el día ocupado, ayer, mientras subía las escaleras de la iglesia, he tropezado con un escalón, era más alto que todos, a la vista se veía normal, se veía pacífico, pero su intención era otra, me tumbó el desgraciado, me caí y di un par de vueltas hacia atrás, no logré romperme ningún hueso, gracias a chucho que no caí de espalda, caí de jeta, me la rompí toda, menos mal que me caí, así me prestaron un poco de atención y me afeitaron, me bañaron entre varias personas, a regañadientes eso sí, me creen inútil esos imbéciles, diculpáme de nuevo las palabras, pero me molesta y sabés cuanto que me crean incapaz, puedo apostar todo lo que llevo en los bolsillos a que conozco más de mar que todos ellos juntos...

Sabés que ayer pensaba en la primera vez que salimos a comer, no creo que te acordés, era una noche de Abril, creo recordar que era el octavo o el noveno día, del 57, acababamos de ganar el campeonato sudamericano de bola, te acordás, no me cabía el alma en el pecho, fue contra Perú, en Lima, pero antes de eso tenés que acordarte del tango que pusimos a bailar a los Brasileiros, con goles de Humberto Maschio y de Antonio Angelillo, eran buenos tiempos, estabas conmigo, y te reías de cada tontería que decía, comimos alfajores, te encantaban de leche, ese día mientras comíamos noté que tenías la sonrisa más brillante de la provincia, a día de tu muerte todavía la tenías, nunca perdiste el vigor de reirte como aquella noche, la recuerdo con mucho cariño, con una melancolía en forma de espina que tengo incrustada en el espíritu, me quita fuerzas, energías, pero al mismo tiempo me causa sensaciones terribles, vos sabés lo duro que ha sido para mi que te hayas ido, sin mi autorización si quiera...

...Y es que la muerte es así, la muerte es no saber cuando irse, te vas de pronto, como el esposo de tu tía Marisol, te acordás, que recién comido se recostó y se lo llevó el viento, se lo trago la almohada te acordas, aunque murió tranquilo dejó a la familia desesperada...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Monólogo XIII por Aída Niederheitmann

Pensando en el después dejamos de pensar en el ayer y vemos como los días nos acercan a una nueva realidad.  Y es que ubicamos los acontecimientos en el justo lugar en los que fueron vividos.  Inmóviles, incoloros los días, con dolor, sin dolor porque ya no sientes el dolor que te ocasionaron ahora miras al después y florecen tus pensamientos porque cada instante es una nueva expresión de vida. Podríamos decir que utilizamos aquellos días únicamente como un recurso para expresar un acontecimiento muerto al que paradójicamente damos vida. Ahora muerto, pero que en su oportunidad torturó tu mente y tu sentimiento hasta exprimirlo en el dolor con sabor a sal. Muchos de ustedes se preguntarán ¿Por qué cuando escribimos nos dejamos llevar por el sentimiento de melancolía o de dolor?  Pero no es cierto, esos sentimientos se han eliminado en el mismo momento que se elimina el recuerdo, el que se elimina con el magnífico espacio por no decir tiempo, porque el espacio está mu

Bienvenidos a la noche del Real Madrid por Andrés Miquilena.

Otra vez se repite la historia, otra vez una gran noche Europea un club vestido de blanco alza la copa más orejona de todas, es que estar en la final es retar al rival, y no es buena idea retar al que lleva la corona en el escudo, al mejor equipo del siglo XX, es una inocentada querer arrebatarle la copa de Europa al club que la ha ganado en mas ocasiones que nadie, es como querer quitarle la presa a un León hambriento... El partido comenzaba y la Vecchia se hacía con el esférico, la tocaba, Paulo hacía travesuras por el costado derecho, Higuain logró sortear un par de piernas y soltó un disparo que atajaba Keylor con firmeza, la Juve quería hacerse sentir, allí estaban ellos, enfrentados a una historia, al rey de Europa, luego era Pjanic quien probaba a Keylor desde afuera del área grande, un 'zapatazo'' que el portero del Real Madrid tuvo que "volar" para detener; el juego se estaba decantando por el equipo italiano, pero había que tener cuidado, al Real

Procura traerme de vuelta por Alejandra Nuñez.

Es de tarde, aunque me encantaría que fuera un cielo estrellado y oscuro quien acompañe éstas letras, no toca hoy. Te escribí ayer, esperanzado de conseguir una respuesta, de saber de ti por medio de lo que expresas en letras, pero no fue así, aún a día de hoy espero respuesta, hoy soñé contigo, no recuerdo que eras ni como te veías, sé que eras tú porque te siento, porque te sé, porque descifré aún estando contigo el extraño lenguaje que bombeas cuando tu corazón late, no recuerdo que soñé, solo recuerdo que fue contigo, y me levanté curiosamente sobresaltada, me encontré con una verdad que me mancha el presente, y es que no estás conmigo, no estás aquí. El pasado se encargo de jalarte hacia él, absorbió parte de ti, y solo me dejo cenizas de la llama que encendíamos juntos, no hace mucho, espero volverte a encontrar hoy, de éste lado de la dimensión que nos separa, espero y reencontrarme en un futuro contigo, que la fuerza que te mueva a volver sea la misma que te